Cerrada la cesión 'en diferido' de Pablo Hervías al Valladolid

Una vez desatascada esta situación que le ha llevado a tener que entrenarse por su cuenta, Hervías vuelve a Zorrilla a préstamo hasta final de temporada con opción de compra, aunque la operación baraja diferentes escenarios para su desvinculación definitiva del conjunto armero, siempre sujeta a la permanencia de club castellano-leonés.

Si se queda en Primera División, deberá obligatoriamente ejercer esa compra. En caso de descenso, el extremo regresaría al Eibar. Además, el club armero no ha incluido la conocida como 'cláusula del miedo', por lo que si su nuevo técnico lo estima conveniente no tendrá ningún obstáculo para jugar en Ipurua cuando el Valladolid visite al Eibar el próximo 17 de marzo.

Hervías ha llegado a Valladolid hacia las seis y media de la tarde con una sonrisa de oreja a oreja. «Aquí estamos de vuelta. Tenía muchas ganas», ha declarado nada más bajarse del coche que estacionó en el parking del estadio pucelano. Tenía las maletas preparadas desde que el pasado miércoles se despidió en Atxabalpe de los que hasta ahora habían sido sus compañeros y se instaló en su casa de Logroño, sin saber que la llamada del Valladolid se iba a dilatar siete eternos días. Una espera que le había llenado de inquietud no solo a él, sino también al Eibar, que temió que la operación no pudiera llevarse a cabo.

Después de haber dispuesto de solo 180 minutos repartidos en tres partidos más otro y medio en la competición copera, el extremo tenía tantas ganas de volver a Valladolid que se ofreció para debutar el domingo en la convocatoria frente al Celta. «Eso tendrá que decirlo el entrenador, yo me encuentro bien y con ganas», apuntó a la prensa que le recibió en Zorrilla.

La del Valladolid no era ni mucho menos la única oferta que el riojano tenía sobre la mesa, pero él tuvo claro desde el principio que quería volver al lugar donde el año pasado salió a hombros tras ser determinante en el ascenso de los pucelanos. «Mi único objetivo era volver aquí por lo bien que me sentí el año pasado y porque siento que esta es mi casa», añadió.

Por eso, tras comprobar que Mendilibar iba a seguir sin contar con él, pidió al Eibar que le dejara salir. Y aunque en verano no se le permitió, esta vez no se le han puesto impedimentos. Los contactos se iniciaron en diciembre e incluso el futbolista estuvo presente tanto en el hotel de concentración del equipo pucelano en Bilbao como en el partido que enfrentó a los de Sergio contra el Athletic en San Mamés en vísperas de iniciarse el parón navideño. Con más intriga de la esperada, Hervías ya es del Valladolid.