La plantilla del Eibar disfruta ya de los tres días de fiesta que les ha concedido José Luis Mendilibar antes de la tempestad que supondrá afrontar los siete partidos previstos para el mes de abril, que se inaugurarán el próximo sábado, día 1, a las 13.00 horas, frente al Villarreal, rival directo en la pelea por Europa.
Con 41 puntos en el bolsillo, la plantilla se puede marchar con total tranquilidad y con la satisfacción de saber que están haciendo una excelente campaña, aunque dos de ellos se llevan algunos deberes en la maleta para poder acelerar la recuperación de sus respectivas lesiones. Fran Rico y Nano apuran ya los últimos días de sus tratamientos deseosos de volver a integrarse a la disciplina del grupo, con el fin de contar con alguna oportunidad de aquí a la conclusión del campeonato.
El que más cerca ve la luz al final del túnel es el centrocampista gallego, que este mismo lunes podría ya empezar a trabajar con sus compañeros tras más de tres meses sin poder vestirse de corto. El pontevedrés cayó lesionado de la rodilla derecha el pasado mes de diciembre, frenando en seco su proyección, después de que lograra hacerse con la titularidad en detrimento de Escalante, hoy día uno de los indiscutibles.
Tres operaciones
Y lo cierto es que esta articulación le trae por la calle de la amargura, puesto que ha sido operado hasta en tres ocasiones, en 2010, cuando militaba en el Real Madrid Castilla, y en 2012 y 2013, cuando defendía los colores del Granada, club que le cedió al Eibar para dos temporadas.
Al mediocentro le quedan dos escasos meses para volver a demostrar la calidad que ya exhibió en la primera vuelta, que convenció por completo a Mendilibar y a gran parte de la afición armera.
Algo más tendrá que esperar Alexander Mesa 'Nano', que sufrió una rotura de fibras en el partido que el Eibar jugó contra el Sevilla en el Sánchez Pizjuán el pasado 18 de febrero. Los servicios médicos del club estimaron que estaría entre 8 y 10 semanas de baja y el tinerfeño confía en que en menos de 15 días pueda estar ya listo para integrarse al grupo porque ya apenas puede contener las ganas de volver a jugar. «En dos semanitas más espero estar con el grupo. Estoy trabajando día a día para recuperarme lo mejor posible y que la lesión no reaparezca», dice sin querer resignarse a perderse más de lo que ya se ha perdido.
Solo seis partidos ligueros
De ser la gran estrella del Tenerife ha pasado a disputar apenas seis partidos de Liga y otros cinco de Copa con el Eibar, aunque lejos de venirse abajo dice estar trabajando duro para volver con más fuerza, porque ya solo el hecho de estar en Primera es «un sueño cumplido para él».
En un principio se llegó a especular que la falta de oportunidades podía deberse a unos problemas de adaptación que él niega. «Es muy bonito llegar a donde he llegado, aunque habría sido más si hubiera jugado». El gran inconveniente que le ha cerrado las puertas ha sido Sergi Enrich, con el que mantiene «una excelente relación» y del que asegura haber «aprendido mucho», al igual del resto de sus compañeros y de «los grandes jugadores que he visto esta temporada».
No pierde la esperanza de poder disfrutar al menos los últimos choques de esta temporada. «No hay que rendirse y hay que seguir trabajando. El año se está acabando pero tengo que apurar», apuntó.
Le quedan otros cuatro años de contrato para demostrar su valía y su pretensión es la de cumplirlos, aunque siempre deja abierta la puerta a su retorno al Tenerife, que ya quiso repescarlo en calidad de cedido durante el pasado mercado invernal. «Sí es verdad que hubo contactos y movimientos, pero el Eibar no me dejó salir cedido. Lo intentamos hasta el último momento. Es el equipo de mi tierra y siempre gusta volver, pero me queda mucho por disfrutar. Por ahora, solo volveré de vacaciones».
