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Pape Diop y Rubén Peña pelean por el balón junto a un oponente del Leganés.

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Pape Diop y Rubén Peña pelean por el balón junto a un oponente del Leganés. EFE
En Butarque

Pudo ser mucho mejor, pero también peor

El Eibar se retiró al descanso con una holgada ventaja que dilapidó en una segunda parte muy sufrida

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Sábado, 26 de enero 2019, 17:30

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El Eibar acarició este sábado el que habría sido su segundo triunfo a domicilio de esta temporada, pero se tuvo que conformar con un empate que, visto el desmoronamiento sufrido en la segunda mitad, hay que darlo por bueno para hacerlo aún mejor el domingo ante el Girona.

Las dos caras que el cuadro armero mostró en Butarque quedaron perfectamente reflejadas en el marcador. La superioridad mostrada en la primera parte le permitió marcharse al descanso con un aparentemente solvente 0-2 que le abría de par en par las puertas de la tranquilidad.

Pero parece que este año no le está permitido desahogo alguno. El tanto encajado nada más reanudarse el choque cohibió de tal manera al cuadro armero que, finalmente, terminó cediendo su ventaja para agarrarse a ese punto que tuvo que defender con uñas y dientes.

Fue un Eibar más impredecible que nunca, ya que aún en plena hecatombe difícil de comprender, aún con el 1-2 en el luminoso, sacó sus uñas y estuvo a punto de herir de muerte al Leganés con una contra en la que Cucurella se equivocó al centrar en lugar de remachar la jugada. Pero aunque Dmitrovic, que volvió por sus fueros en su retorno a la titularidad, protagonizó una doble intervención ante En Nesyri y Briathwaite de las de ver repetidas por televisión, nada pudo hacer ante un inapelable cabezazo del marroquí que impidió que el equipo de Mendilibar soltara amarras respecto al descenso.

El Eibar viajó a tierras madrileñas sabiendo muy bien lo que le esperaba allí. En Butarque no valen las sutilezas ni las florituras. Es como entrar en una forja. Allí, para ganar, hay que ponerse el buzo, apretar los puños y sudar. Hay que ir calentando bien el metal y ser muy certero con los martillazos, porque si el material se tuerce, luego es muy difícil enderezarlo. Las prisas allí matan. Es tirar de paciencia y templar la pieza. Esa es la clave para el éxito en Leganés.

Por eso, No valía la pena malgastar fuerzas en embestir nada más oír el pitido inicial. Con una defensa tan poblada como la que diseñó Pellegrino, con todos sus efectivos situados de forma estratégica para tratar de ahogar la entrada por bandas de los azulgranas, lo que se imponía era ir moviendo el balón de un lado para otro para desestabilizar las rígidas líneas rivales e ir generando grietas por las que colarse por los flancos.

Y eso requería tiempo y precisaba pausa. Los numerosos choques que han disputado estos dos equipos a lo largo de sus dilatadas estancias en Segunda y ahora también en Primera siempre han dejado marcadores ajustados. De hecho, de los últimos catorce encuentros solo uno se decidió por más de un gol de diferencia.

A tenor de lo que se pudo ver en los primeros minutos, la historia no tenía muchos visos de cambiar. El Eibar se hizo con el balón sí, puso su línea defensiva cerquita de la medular, como siempre, pero pese a la innata facilidad que está mostrado para colgar balones al área, costó siete minutos ver a Cote enviando un pase a zona de peligro y casi otros 20 para apuntar la primera llegada inquietante. Entre medias, lo más llamativo y emocionante fue la anunciada pañolada que la afición pepinera protagonizó en el minuto 12 de partido.

Pero el choque dio un profundo giro cuando se estaba a punto de cumplir la media hora de juego. Fue entonces cuando Siovas despejó o hizo que despejaba a córner un centro de Cote. El griego juró que no había tocado el balón, pero el árbitro obvió sus protestas y Jordán mandó desde la esquina un balón al corazón del área, donde Kike García cabeceó a placer y de forma certera al fondo de la portería madrileña. Dos meses después de que el conquense hubiera marcado el definitivo 3-0 ante el Real Madrid, volvía a resurgir precisamente ante el Leganés, frente al que aportó el tanto del triunfo en Ipurua.

El Eibar se creció y el Leganés se derrumbó, de modo que el segundo de los armeros llegó solo unos minutos después gracias a la clase y a la elegancia de Joan Jordán, que ejecutó de forma inmejorable una falta desde la frontal del área que dejó a Cuéllar y a la grada pepinera petrificados.

Pero en Butarque también está prohibido confiarse. Si el Barcelona perdió aquí es por algo, básicamente porque el equipo madrileño tampoco se da nunca por perdido y porque en este caso Pellegrino supo ver lo que fallaba en sus filas. Retiró del campo a Siovas, que había cumplido un papel desastroso y sacó al debutante Arnaiz. No es que el joven se saliera, sino que el Leganés cambió su sistema y su suerte.

Ayudó, obviamente, que lograra recortar distancias en la primera jugada del partido. Ayudó también que Jordán errara un pase hacia atrás que Braithwaite regaló a En Nesyri para que el delantero azul lo colara ajustado al poste Dmitrovic.

Y menos mal que pocos instantes después el serbio sacó como pudo un remate inicial del marroquí y palmeó lo justo para evitar que Braithwaite metiera la pierna porque entonces nadie habría podido evitar la hecatombe total de una escuadra armera que se tambaleaba.

Respiró durante unos minutos de tregua que le concedió el Leganés para demostrar que aún estando medio tendido en el suelo es capaz de hacer daño, pero Cucurella perdonó solo ante Cuéllar en la ocasión más clara y los pepineros se cobraron la factura. En Neryri saltó mucho más que Arbilla para cabecear un centro de Bustinza, pagando así al Eibar con la misma moneda.

Mendilibar cortó por lo sano. Dio entrada a Ramis, a Escalante y a un enérgico Charles que quiso erigirse de nuevo en el revulsivo, pero dado que sufrimiento se prolongó hasta los tres minutos de añadido, el pitido final sonó como una melodía maravillosa que trajo la paz y un punto que vale su peso en oro.

Leganés

Cuéllar; Nyom, Bustinza, Omeruo, Siovas (Arnáiz, min.46), Jonathan Silva; Recio, Vesga, Óscar Rodríguez (Santos, min.89); En-Nesyri (Merino, min.85) y Braithwaite.

2

-

2

S.D.Eibar

Dmitrovic; Peña, Arbilla, Bigas (Ramis, min-70), Cote; De Blasis, Jordán, Diop, Cucurella (Escalante, min.80); Kike García y Sergi Enrich (Charles, min.70).

  • Goles 0-1, min.29: Kike García. 0-2, min.35: Jordán. 1-2, min.46: En-Nesyri. 2-2, min.67: En-Nesyri.

  • Árbitro Hernández Hernández (comité canario). Mostró cartulina amarilla a Siovas (min.34), Cucurella (min.37), Recio (min.51), Dmitrovic (min.65), Charles (min.87).

  • Incidencias encuentro correspondiente a la jornada veintiuno de LaLiga Santander disputado en el estadio de Butarque ante 9.341 espectadores.

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