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Una vez asumida la imposibilidad de luchar por el ascenso directo, el Eibar afrontará mañana en Huesca la jornada de clausura sin la presión y los nervios de jugárselo todo a una carta pero con la obligación de ganar y ofrecer una buena imagen que alimente la ilusión para el playoff, que arrancará el siguiente fin de semana.
Dado que la pretensión de alcanzar la tercera plaza depende de que un hipotético triunfo suyo venga acompañado de que pinchen sus dos predecesores en la tabla, la principal aspiración de la escuadra armera en El Alcoraz se centrará en recuperar las buenas sensaciones que ha ido perdiendo durante nueve jornadas consecutivas sin catar ninguna victoria.
Ya han transcurrido dos meses desde que los de Garitano sumaron sus últimos tres puntos de una tacada tras remontar un 2-0 en contra al descanso en el estadio del Mirandés. Ese resultado le llevó a mirar al resto desde lo más alto con cuatro puntos de renta que le otorgaban el máximo favoritismo para ser uno de los dos equipos que obtuviera el billete directo a Primera.
Dilapidada esa opción tras el empate ante el Sporting de Gijón (2-2) en la pasada jornada, los azulgranas necesitan darse un baño de autoestima porque, por mucho que Anaitz Arbilla se esmerara en contagiar su convicción durante la comparecencia institucional de la plana mayor del club el miércoles en Ipurua, el capitán sabe que la única forma de levantar el ánimo de la afición es precisamente ver a un Eibar fuerte en todas las facetas del juego.
Para ello resulta imprescindible que el equipo armero recobre la pegada de la que ha adolecido en estos últimos nueve partidos, tramo en el que solo ha sido capaz de marcar siete goles. También necesita recuperar la solidez defensiva que ha quedado en evidencia debido a los once tantos recibidos por Luca Zidane en la pésima racha que le ha descabalgado de la pugna por subir este fin de semana.
Lamentablemente, Garitano no podrá contar con Blanco-Leschuk. El argentino vio la quinta tarjeta amarilla tras marcar su cuarto gol de la temporada cuatro meses y medio después del último que había anotado para certificar el triunfo en Burgos (1-2) el 8 de diciembre, lo que le obliga a cumplir sanción.
Además, el técnico azulgrana deberá gestionar la amenaza que se cierne sobre Arbilla, Nolaskoain, Vadillo, Aketxe y Arana, todos ellos con cuatro amonestaciones. Aunque el historial de tarjetas se limpia una vez comenzado el playoff, aquellos que cumplan su ciclo en esta última jornada se perderán el choque de ida de la primera eliminatoria de la Promoción.
Dado que hay un nutrido grupo de jugadores que acumulan una importante carga de trabajo, la cita de mañana se presenta propicia para que el de Derio conceda minutos a los que menos han participado hasta la fecha. La clásica alineación que ha venido presentando durante los dos últimos meses podría sufrir profundas variaciones prácticamente en todas laslíneas.
Efectivos como Chema Rodríguez, que solo ha participado en cuatro compromisos, Ríos Reina, el canterano Troncho o Quique González tienen más boletos de lo normal para salir de inicio. Incluso no es descartable un cambio en la portería con el fin de que Zidane descanse antes de encarar la batalla definitiva por el ascenso ante un primer rival aún por determinar.
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