Diario Vasco

s.d. eibar

Un temporadón con toque agridulce

Un temporadón con toque agridulce
  • Pese a que la octava posición corre serio peligro, la satisfacción del club armero por el regular rendimiento del equipo es máxima

  • El revés en el último duelo en casa ante el Sporting empaña pero no mancha una campaña sobresaliente

El Eibar tenía planeada una fiesta con más de cinco mil invitados y mucho confeti para celebrar por todo lo alto el punto y final del curso en casa con la que agradecer el apoyo de la afición y compartir con ella la satisfacción del trabajo bien hecho. Pretendían y suspiraban por una victoria ante el Sporting que certificara una octava plaza que coronaría la mejor campaña de la historia del club armero, pero el equipo azulgrana cometió un borrón que le llevó a suspender un último examen que deslució la celebración, pero que en ningún caso mancha lo que Mendilibar y todos los seguidores eibarreses califican como un «temporadón».

Para estar orgullosos. Es más que probable que los azulgranas tengan que resignarse a perder esa preciada octava posición, porque de los tres equipos que aspiran a ella es el que tiene el compromiso más complicado para puntuar. Es posible incluso que, después de haberse pasado prácticamente todo el campeonato entre los ocho mejores, finalmente tenga que conformarse con ser décimo y dejarse algún millón de euros por el camino correspondientes a los derechos televisivos. Y aún así, los resultados cosechados y la excelente imagen que ha dejado el Eibar desde que arrancó LaLiga el pasado 21 de agosto es como para presumir, sin riesgo a resultar engreído.

Una gran metamorfosis. Que un equipo que hace cuatro años estaba en Segunda B estuviera hasta antes de ayer inmerso en la pelea por Europa tiene un mérito que no se debe esperar a que lleguen los malos momentos para reconocerlo. Que una escuadra que hace solo dos años recuperó la categoría tras descender por un peor gol average esté ahora lamentándose por poner en riesgo la octava posición por un mal día frente al Sporting refleja el gran cambio de mentalidad que ha sufrido en las dos últimas campañas. El Eibar se ha descolgado el cartel de novato en la categoría y, pese a que mantiene intactos los valores que le han acompañado desde siempre, ahora también le acompaña el carácter competitivo y ganador, aunque como el domingo no siempre le conduzca a la victoria.

Los finales se le hacen largos. Pocos peros se le pueden poner a una campaña repleta de alegrías ligueras y que también reportó la ilusión de ver cómo el equipo armero alcanzaba los cuartos de final de la Copa por primera vez en sus 76 años de existencia. El único lunar que se puede encontrar es que un año más, la temporada se le ha hecho larga. Pase lo que pase en Barcelona en la última jornada, el Eibar ya ha sumado dos puntos más que en la primera vuelta, por lo que no se le puede acusar de haber sufrido un bajón en la segunda fase de la liga. Pero sí que es cierto que las fuerzas y la suerte le han abandonado en el último mes de competición doméstica, en la que solo ha podido sumar cuatro de los 18 puntos que tenía en juego.

Sin resuello. Es como si todo el esfuerzo realizado durante todo el ejercicio viniera a cobrarse su factura precisamente cuando quedan seis jornadas para que se baje el telón. En la temporada del descenso le ocurrió algo similar, aunque en aquel caso el declive venía de más atrás, prácticamente desde que comenzó la segunda vuelta. Pese a que iba rodando cuesta abajo, el cuadro de Gaizka Garitano llegó al último mes con serias opciones de agarrarse a la categoría, pero los cuatro puntos que sumó al final no fueron suficientes para evitar un descenso al que cayó solo cuando restaban dos jornadas para el final. El año pasado, en cambio, fue la relajación por la salvación certificada a falta de cinco jornadas con un triunfo ante la Real (2-1), lo que le llevó a relajarse y caer de la novena plaza que ocupaba a la decimocuarta que firmó al final ,tras sumar solo dos puntos en los últimos cinco partidos.

Ambición sin premio. Esta vez se ha percibido una especial motivación por llevar al Eibar al escalafón más alto jamás conseguido. Lo propios jugadores azulgranas dejaron sus complejos en el vestuario y llegaron a hablar abiertamente de sus opciones reales de conseguir sellar su pasaporte europeo, pero la acumulación de lesionados y sancionados precisamente cuando se condensaron los partidos en la segunda quincena del mes de abril, mermaron sus opciones de mantenerse en la lucha con el Athletic Club y la Real Sociedad, a los que llegó a superar en la clasificación.

Último esfuerzo. Solo queda un último partido en un Camp Nou en el que nadie quiere jugarse algo, y menos si el Barcelona tiene opciones de seguir optando al título liguero. El Deportivo sí que arrancó un empate que le salvó y que condenó al Eibar a Segunda, pero aunque semejante 'milagro' volviera a repetirse podría no ser suficiente para salvaguardar el octavo puesto porque tanto el Alavés como el Espanyol visitan a equipos que no se juegan nada.

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