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SD Eibar: ¡Qué bonito es seguir soñando despierto!
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SD Eibar: ¡Qué bonito es seguir soñando despierto!

El Eibar pasa su rodillo sobre la UD Las Palmas y se mantiene a tiro de las posiciones europeas

LETIZIA GÓMEZ

Jueves, 6 de abril 2017, 16:45

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Ya no hay que seguir frotándose los ojos. El Eibar tiene claro que está ante la oportunidad de su vida y está lanzado a tumba abierta para conseguirlo. Lo que hasta hace nada era una utopía, pasó a ser una mentirijilla muy real y ahora ya es un objetivo muy claro al que el Eibar se agarra con todas sus fuerzas y con ese arsenal goleador que este jueves avasalló a una UD Las Palmas sin corazón, que solo dio muestras de estar vivo con un zapatazo desde fuera del área al comienzo de la segunda mitad. Antes y después del fantástico gol de Lemos, el conjunto azulgrana se había mostrado imperial e imparable. Bebé, el que casi nunca juega pero que cuando lo hace normalmente deja huella, aprovechó el viaje de Inui para decirle a Mendilibar que en él tiene un jugador de garantías en el que puede confiar. No contento con marcar el primero, también regaló una asistencia de lujo para que los azulgranas metieran el segundo en el saco. La tranquilidad y la alegría definitiva la puso Adrián, prácticamente infalible desde los once metros para transformar otro penalti que el enrachado Kike García forzó solo cuatro minutos después de que los amarillos amagaran con reaccionar.

Decimotercera victoria de la temporada y 50 goles para la colección, un nuevo récord anotador en Primera. Soñar es bonito, pero hacerlo despierto es electrizante.

Optimismo justificado

El partido comenzó con un sol que engañaba, porque no estaba el día como para llevar manga corta, salvo que se estuviera sobre el césped eibarrés. Rodeando el terreno de juego había una afición entregada con unos jugadores que en Villarreal demostraron que son ellos los que más creen en sí mismos. Era lógico que la ilusión de los seguidores hubiera decaído después de un mes de marzo parco en resultados, pero ahí estaban Mendilibar y los suyos para recordarles que están dispuestos a lograr el mayor hito de la historia del Eibar.

Sabían perfectamente que el triunfo ante los castellonenses perdería parte del gran valor si levantaban el pie del acelerador en casa, donde no festejaban los tres puntos desde que pasaron por encima del Málaga el pasado 25 de febrero. Como oponente tenía a una UD Las Palmas que tradicionalmente se le ha dado muy mal aquí armero, cuyas aguas bajan turbias desde bastante antes de gris imagen que transmitió en Balaídos, y con ese recuerdo perturbador de no haber ganado fuera de casa desde que en la primera jornada deslumbró en Valencia.

Sobre el papel, todos los argumentos invitaban a alimentar un optimismo justificado que los azulgranas no tardaron en trasladar al marcador cual rodillo imparable. No estaba Sergi Enrich, al que Mendilibar reservó por precaución, y también faltaba Takashi Inui, que en las últimas jornadas se estaba saliendo, como se pudo comprobar en el estadio de la Cerámica, con gol incluido. Ni se notó. Todos sus cromos son de garantía. La vacante del balear la ocupó Adrián, casi siempre un valor seguro. El elegido para suplir la ausencia del japonés finalmente fue Bebé, que despertaba una mayor incógnita, pero que él mismo se encargó de despejarla de un plumazo.

El jugador procedente del Benfica no era titular desde hacía más de una vuelta, concretamente desde que Osasuna asaltó (2-3) Ipurua el 17 de octubre del pasado año. Le bastaron 14 minutos para reivindicar más oportunidades de las que está disponiendo. El envío en largo de Luna a la espalda de la defensa era un diamante en bruto que había que pulir, y de eso se encargó el lisboeta, primero imponiendo su físico para robarle la cartera a Lemos, y después con una definición inmejorable para batir a Raúl Lizoain.

Optimismo justificado

Pero ahí no quedó su aportación en la vuelta a la titularidad. Como todos los demás, él también tiene muy bien asimilado que la presión, cuando se hace con convicción, tiene su recompensa y, tras birlarle el balón a David Simón y combinar con Adrián, se inventó un centro de oro puro que Kike remató al fondo de la red con el exterior de la bota tras ganarle la posición a Aythami. El gol, que llegó diez minutos después del primero, sí subió al marcador, pero no a la cuenta del conquense, ya que el árbitro se lo endosó al defensa canario en propia puerta.

Una decisión decepcionante para el delantero azulgrana, porque habría supuesto el cuarto tanto consecutivo en otros tantos partidos, un registro que hasta ahora solo Borja Bastón ha conseguido.

Amago de reacción rival

Lo verdaderamente relevante era que el Eibar se marchó al descanso con una ventaja clara y la satisfacción de ver que cuando activa su maquinaria no hay muchos equipos en esta Liga que sean capaces de pararle. Y si a eso se le añade la motivación y la fuerza que imprime ver Europa al alcance de la mano, resulta misión imposible. Ni siquiera le bastó al Las Palmas que Lemos marcara uno de los goles más espectaculares de la temporada con trallazo de falta desde más de 30 metros que se cargó por completo la telaraña de la escuadra defendida por Yoel. Este golazo nada más rebasarse el primer cuarto de hora de la reanudación inquietó, pero lo justito, porque acto seguido el Eibar se lanzó de nuevo a comerse a su rival, y escasos cuatro minutos después, Kike García forzó con éxito el segundo penalti consecutivo que rasca tras el que le sacó al Villarreal. En esta ocasión, el agarrón de lateral David Simón no admite discusión y tampoco encontró respuesta alguna el lanzamiento de manual de Adrián González. Séptimo tanto del madrileño y quinto desde los once metros, lo que le convierte en el gran especialista armero desde ese punto.

Ahí murió el Las Palmas y ahí se desató el disfrute total de una afición que se levantó en varias ocasiones de sus asientos para ovacionar las delicatessen que les regaló Capa, para aplaudir hasta rabiar los centros los brillantes toques de calidad de Pedro León y para despedir con honores a un Kike García, que después de pasarse buena parte de la temporada sin poder lucirse, ahora se ha propuesto convertirse en uno de los hombres que conduzcan al conjunto eibarrés hacia un sueño que cada vez toma más forma.

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