Diario Vasco
Mendilibar, pensativo en un entrenamiento de su equipo.
Mendilibar, pensativo en un entrenamiento de su equipo. / MORQUECHO

S.D. EIBAR

El Eibar se libera de sus fantasmas

  • Se aprovecha de los errores de un rival preso de los nervios y sabe sobrellevar la presión que ejerció la airada afición de El Molinón

  • Contiene el amago de reacción a la desesperada del Sporting para volver a ganar fuera de casa

El Eibar nunca había ganado en competición liguera en Gijón y gracias a los tres puntos conseguidos el domingo en El Molinón mató varios pájaros de un tiro. Necesitaba un triunfo reconfortante que pusiera fin a una racha de cuatro partidos consecutivos sin saborear la victoria y que a su vez acabara con el mal fario que le impedía salir triunfante en sus desplazamientos desde que en la tercera jornada ganó de manera épica (1-2) en Granada. Pero quizás lo más relevante es que el conjunto armero no cayó víctima ni de la presión que generó la irritada afición sportinguista, ni del recuerdo del empate que cedió en Cornellá cuando se marchó al descanso con 0-3 a su favor. Con 14 puntos de ventaja sobre el descenso, el Eibar parece liberarse de sus fantasmas.

Las ideas claras. El Eibar sabe a lo que juega y, pese a que los rivales ya deben conocer al dedillo sus virtudes y también sus puntos débiles, no muchos son capaces de dar con la tecla para neutralizar lo bueno y explotar lo negativo. El Sporting le esperaba con el cuchillo entre los dientes, pero también con un gran tembleque en sus piernas, y los armeros, ayudados por un penalti que la mayoría discute, supieron añadir aún más peso a la pesada mochila que portaban los rojiblancos.

La mala pata de Riesgo. Ni siquiera se vinieron abajo cuando el conjunto del cuestionado Pitu Abelardo empató el partido tras un inoportuno resbalón del meta debarra solo cinco minutos después de que Adrián abriera el marcador. El estado del campo le jugó una mala pasada al guardameta azulgrana, que en su vuelta a la titularidad, dejó en bandeja el balón para que el rojiblanco Carmona remachara. Un error que recordó mucho al que cometió en el derbi frente a Osasuna y que propició el segundo tanto de los rojillos en Ipurua. Y para colmo de males, unos minutos después, un encontronazo con el mismo jugador que le había batido le dejó con la rodilla izquierda maltrecha y antes de la media hora de juego que pedir el cambio para evitar males mayores.

Adrián en estado puro. Para cuando el debarra cedió el testigo a su compañero Yoel ya había sido testigo de la exhibición que ofreció el mediapunta madrileño. Después de haber estrenado por fin su registro anotador en Liga esta temporada al transformar el penalti (ya había anotado dos goles en la Copa), Adrián estuvo omnipresente en todas las acciones de peligro que generó el Eibar en una primera parte con tintes surrealistas. El poste le impidió ampliar su cuenta escasos minutos antes de que Cuéllar iniciara su festival de errores, que primero aprovechó Pedro León para romper una sequía goleadora que arrastraba desde finales de noviembre, y después hizo lo propio Luna para marcar su primer gol como jugador del Eibar.

Flaqueó, pero no cayó. El conjunto de Mendilibar no cometió el error de dar por muerto al Sporting y trató de rematar a su víctima en los primeros minutos de la reanudación, pero el equipo local se revolvió y con un golpe de la fortuna que tanto le había faltado en la primera parte logró recortar distancias y levantar a sus seguidores de sus asientos tras recobrar un hilillo de esperanza. El Eibar flaqueó y lo ocurrido en el partido ante el Espanyol el pasado 22 de octubre sobrevoló el vestuario azulgrana, pero el técnico vio en Fran Rico la solución a todos sus males y la escuadra armera recuperó el orden y la batuta del partido. Supo sobrellevar la gran presión que ejerció la grada y frenó en seco el amago de reacción de los locales.

Asentado en la tabla. Pase lo que pase ante el Barcelona el domingo (20.45 horas), el Eibar no llegará a los 30 puntos con los que cerró la primera vuelta del pasado ejercicio, pero aunque sume menos puntos incluso que en su primer año de andadura en la categoría, su situación real es más confortable que en los dos anteriores ejercicios. Ahora mismo le separan catorce puntos respecto a las plazas de descenso, una terna de candidatos que cierra precisamente el Sporting, mientras que hace dos años solo contaba con ocho puntos de renta, por los doce que tenía a su favor en la pasada campaña. Además, en ambos casos los equipos que luchaban por eludir la pérdida de categoría tenían una mejor puntuación que los tres equipos que ahora mismo parecen carne de Segunda. El Levante cerraba la lista con 18 puntos en la 2004/05, y el Sporting tenía 15 el año pasado.

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