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El japonés Takashi Inui disputó los noventa minutos ayer en Gazituaga.
El japonés Takashi Inui disputó los noventa minutos ayer en Gazituaga. / BORJA AGUDO

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Derrota de la S.D. Eibar ante el Sporting de Gijón

  • El conjunto asturiano ganó con un gol de Mascarell

No todos los días sale el sol ni se puede brillar como la S.D. Eibar lo ha hecho en las dos primeras jornadas ligueras. Ayer, los armeros se plantaron en Zamudio con la intención de hacer un buen papel, pero sobre todo, de dar minutos de algo más que de entrenamientos a los fichajes que aún no han tenido la opción de jugar y, aunque pueda resultar una conclusión precipitada, parece que los Takashi, Pantic e incluso Borja Bastón necesitan adquirir un mayor ritmo si quieren disputarles el puesto a sus compañeros.

El Sporting, que viajó sin los 11 jugadores que actuaron de inicio en la pasada jornada, aprovechó el brío de sus suplentes y de varios integrantes de su cantera para superar a un cuadro armero que en la segunda parte se desinfló.

El principal atractivo de este duelo de Primeras para los seguidores de la S.D. Eibar residía en poder ver en acción a Takashi Inui, sin duda el fichaje más llamativo del verano, y el japonés gustó, pero solo en el primer periodo. Supo arrastrar a los defensas para facilitar las incorporaciones al ataque de Juncá y se mostró veloz y con mucha capacidad de anticipación.

Incluso envió un gran servicio al punto de penalti que Bastón remató fuera por muy poco a dos minutos para llegar al descanso. Sin embargo, tras la reanudación se quedó sin gas y dejó espacios en su carril. Algo lógico, seguramente, teniendo en cuenta que acaba de llegar.

Perdió el fuelle

Tras una primera mitad que terminó con susto para los armeros, que vieron cómo el balón se paseaba por la portería sin que Pablo Pérez llegara a rematar, en la segunda mitad Mendilibar movilizó su banquillo. Situó a Andoni Errasti bajo los palos y dio entrada a Luna, Dani García y Keko con el fin de que Capa, Escalante y Adrián, que han acumulado muchos minutos en las últimas semanas, pudieran tomarse un respiro.

El de Zaldibar no se conformó con cambiar cromo por cromo, sino que también varió su dibujo. Del 4-2-3-1 que plantó en la primera parte pasó actuar con un 4-1-4-1, dejando a Dani García solo en el mediocentro y añadiendo más mordiente al ataque al adelantar la posición de Verdi, que había acompañado al argentino Escalante en la medular.

Y pese a que esa aportación de dinamita reactivó el juego ofensivo de los armeros, fue el Sporting el que tuvo más cerca la ocasión de ponerse por delante en el marcador, en un fuerte remate de Sergio Menéndez que salió despedido por el poste.

La S.D. Eibar fue perdiendo fuelle a marchas forzadas y ante la falta de ímpetu de sus rivales, los asturianos se fueron plantando con peligro en las inmediaciones de Andoni Errasti, que finalmente no pudo evitar que el balón acabara colándose en su portería.

Los de Abelardo ya dejaron el recado en el minuto 72 con una falta botada por Muñiz, y sólo tres minutos después, el propio centrocampista gijonés sirvió el córner que Mascarell cabeceó al fondo de la red sin oposición.

No era más que un amistoso, de entidad eso sí, pero queda claro que sin intensidad, la S.D. Eibar pierde muchos enteros.