Diario Vasco

Fortaleza defensiva y debilidad ofensiva, dos rasgos eibarreses

Las 28 jornadas transcurridas hasta la fecha han dejado una serie de conclusiones deportivas bastante evidentes. El Eibar es un equipo que tiene una virtud y un defecto. Para estar peleando por salvar la categoría presenta unos números defensivos aceptables. Ha encajado 38 tantos, una cifra alejada de sus rivales directos. Lo ha conseguido gracias a ser un bloque solidario, intenso y competitivo, que defiende con rigor y cuyo sistema de ayudas y vigilancias ha funcionado a la perfección en un buen puñado de feudos del campeonato: Balaídos, San Mamés, Sánchez Pizjuán...

Por el contrario, el juego de ataque comenzó siendo pragmático, eficaz y vertical pero con el paso de las jornadas se ha resentido de forma alarmante hasta el punto de marcar sólo dos goles en las últimas nueve jornadas. Un bagaje pobre y preocupante que hay que mejorar sin más dilación porque sin goles no hay amores y la mejor manera para ganar partidos es tener pegada. Veremos si los consejos y apuntes tácticos de Garitano sirven para que sus jugadores vuelvan a tener acierto de cara a portería. Ése es el gran reto de aquí a finales de mayo.